La creatividad es un concepto complejo del que hay diversidad de definiciones. Algunos expertos la definen como «la capacidad de crear», «la chispa que enciende una idea», «inteligencia divergente», «el proceso de tener ideas originales que aporten valor». Para mí, la creatividad es una herramienta de supervivencia con la que podemos ver las cosas desde otra perspectiva.

Hasta hace poco la creatividad se consideraba un don divino que únicamente poseen unos pocos, sobre todo quienes se dedican a actividades artísticas, pero en realidad es una habilidad que cualquier persona puede aprender y desarrollar en distintos ámbitos. Nuestro cerebro es potencialmente creativo y la creatividad una de sus funciones cognitivas principales que, entre otras cosas, ha permitido la evolución y supervivencia del ser humano. La creatividad es la función cerebral que interpreta, analiza y asocia conocimientos ya adquiridos para generar nuevas ideas. Es por ello por lo que todos tenemos acceso a la creatividad y cualquiera puede desarrollarla.

Como todo proceso de aprendizaje para poder progresar y obtener buenos resultados es importante el entrenamiento, en este caso de nuestro cerebro. Por ello en nuestros talleres planteamos diferentes actividades utilizando diversas técnicas creativas asociadas a la inhibición, al juego, a la improvisación y al azar que permiten estimular y desarrollar la creatividad.

¿Y por qué es importante ser creativo?. El ser creativo nos puede permitir adoptar nuevos enfoques y encontrar nuevas soluciones a un problema, encontrar nuevos usos para cosas existentes, modificar y mejorar la forma de hacer las cosas, inventar un nuevo producto o servicio a la hora de trabajar en una empresa, salir de la rutina y de las zonas de confort.